Lunes 2 de Diciembre del 2024
Si ha escuchado la frase «TINA» en las conversaciones financieras de los últimos años, puede parecerle que un viejo amigo ha vuelto a la ciudad. Pero en el mundo de la inversión, TINA no es una persona, sino un concepto: «There Is No Alternative» (No hay alternativa). Hace una década, esta frase significaba que, con una inflación baja y unas tasas de interés por el suelo, los inversores no tenían más remedio que invertir su dinero en acciones, sobre todo porque los bonos ofrecían poca rentabilidad.
Ahora, TINA ha vuelto con un nuevo giro. En lugar de referirse a las acciones en general, refleja la creciente creencia de que, a la hora de invertir, no hay más alternativa que los activos estadounidenses, especialmente las acciones estadounidenses. Pero, ¿es realmente así? ¿Y qué significa para los inversores minoristas?
El mercado bursátil estadounidense ha sido durante mucho tiempo uno de los favoritos de los inversores, y con razón. En él se encuentran las empresas más grandes y exitosas del mundo: Apple, Microsoft, Amazon, etc. Estas empresas operan a escala mundial, dominan sus sectores y generan beneficios de forma constante.
Pero hay algo más. Incluso cuando la incertidumbre nubla el futuro, ya sea por los cambios políticos, la posible inflación o los retos económicos mundiales, las acciones estadounidenses han mostrado una notable resistencia. Los inversores de todo el mundo ven en EE. UU. un «refugio seguro» para su dinero.
EE. UU. tiene los mercados financieros más profundos y fiables del mundo. Cuando los inversores necesitan mover grandes sumas de dinero rápidamente, las acciones y bonos estadounidenses lo hacen fácil sin causar grandes trastornos. El dólar estadounidense sigue siendo la moneda de reserva mundial, lo que significa que se confía en él y se utiliza en todo el mundo. Incluso cuando surge la incertidumbre económica, el dólar (y por extensión, los activos estadounidenses) sigue siendo un lugar confiable para preservar el dinero.
Las empresas estadounidenses son líderes constantes en innovación, ya sea en tecnología, sanidad o finanzas. Este potencial de crecimiento atrae a los inversores, especialmente cuando otras partes del mundo se enfrentan al estancamiento. Incluso con las preocupaciones sobre el clima político, como la segunda presidencia de Donald Trump, los inversores siguen favoreciendo en gran medida a las acciones estadounidenses.
Independientemente de las opiniones políticas, los mercados suelen considerar que políticas como los recortes fiscales o la desregulación son buenas para las empresas, al menos a corto plazo. Aunque existe cierto nerviosismo por la posible interferencia política en instituciones como la Reserva Federal, el sistema financiero estadounidense sigue siendo uno de los más fiables del mundo.
A pesar de las preocupaciones sobre el impacto que las futuras políticas puedan tener en la economía, los mercados de otros países, como Europa o China, tienen sus propios retos, lo que hace que las acciones estadounidenses parezcan aún más atractivas en comparación.
Por supuesto, no todo es color de rosa. Toda inversión conlleva riesgos, y el mercado estadounidense no es una excepción. Las políticas que aumentan el gasto o reducen los impuestos podrían provocar un aumento de la inflación o un incremento de la deuda pública. Si los inversores pierden la confianza en la deuda pública estadounidense, podría extenderse a toda la economía. Los aranceles y las guerras comerciales pueden perjudicar al crecimiento mundial y, aunque pueden beneficiar a algunas empresas estadounidenses, pueden perjudicar a otras.
A pesar de estos riesgos, el historial de la bolsa estadounidense y su capacidad para capear temporales la convierten en una parte esencial de las carteras de inversión.
Aunque las acciones estadounidenses son una parte esencial de cualquier cartera, no deberían ser su única inversión. Aunque allí el crecimiento es más lento, los mercados europeos ofrecen estabilidad y oportunidades en sectores como los bienes de lujo y la energía verde. A pesar de los retos recientes, países como China y la India tienen potencial de crecimiento a largo plazo debido a su población numerosa y en crecimiento. Mantener activos en distintas divisas también puede reducir el riesgo de estar excesivamente expuesto a las fluctuaciones del dólar estadounidense.
Las economías tampoco se mueven todas en sincronía. Cuando el mercado estadounidense se ralentiza, otras regiones pueden estar creciendo, equilibrando su cartera.
Si es usted un inversor minorista, la renta variable estadounidense debería constituir la base de su cartera de inversión. Comience con fondos indexados o ETF (Exchange-Traded Funds) de mercados amplios, como el S&P 500, o carteras activas con una exposición significativa a EE. UU. Estos fondos le ofrecen exposición a una amplia gama de empresas estadounidenses con comisiones más bajas.
La renta variable estadounidense no es solo una opción de inversión más, sino una piedra angular para los inversores de todo el mundo. Su estabilidad, potencial de crecimiento y atractivo global las hacen esenciales en cualquier cartera. Sin embargo, aunque TINA pueda señalar las acciones estadounidenses como la opción dominante, recuerde que la diversificación también es clave para el éxito a largo plazo.
Nos gustaría agradecerle a Dominion Capital Strategies por escribir este contenido y compartirlo con nosotros.
Fuentes: Bloomberg, Yahoo Finance, Marketwatch, MSCI.
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